Cádiz 1812

Nadie ha podido conquistar Cádiz, ni por mar ni por tierra. Es una fortaleza inexpugnable a donde llegan el oro, la plata y las especias. Sin embargo, tiene un talón de Aquiles que los imperios rivales persiguen para poder conquistar la ciudad introduciendo un caballo de Troya. Su secreto va de mano en mano, dejando un reguero de sangre.

La joven Rosario McMahon tiene que asumir la responsabilidad de la empresa familiar, dedicada al comercio marítimo, en un mundo masculino y conseguir el respeto de los comerciantes internacionales que, en los salones del círculo masón de La Camorra, negocian y fijan los precios de las mercancías que se mueven por los océanos del mundo.

Los habitantes de la Bahía viven en una burbuja de libertad y tolerancia. Asediados por Napoleón, hacen coplillas de sus bombas e inventan la opinión pública mientras aprueban la Constitución de Cádiz, soñando con un mundo mejor. Al otro lado del océano llegan los ecos de las Cortes de Cádiz que alumbran las nuevas repúblicas americanas.